Tus celos revelan cierta incapacidad de amarte a ti mismo.

Los celos tienen mucho que ver con olvidarte de ti mismo. Los celos revelan cierta incapacidad de amarte a ti mismo. Con olvidarte de quien eres realmente, de tus valores, tus talentos, tus pasiones, tus gustos personales, tus aficiones, y lo más importante: olvidarte de la vida que hay en ti. Digamos que es un cambio de atención radical. Pasas de tener la atención en ti mismo a ponerla en la otra persona. Y este cambio de atención no es lo que te genera sufrimiento. Poner la atención en otra persona también es agradable y beneficioso tanto para el otro como para ti. El problema surge cuando esa atención hacia la otra persona es constante y regular, y tu mente queda totalmente atraída únicamente por el otro.

En una relación de pareja suele ocurrir que, conforme va pasando el tiempo, te centras más en la otra persona, pues cada vez te gusta más y, muy probablemente comiences a enamorarte. Es en ese momento cuando tiendes a olvidar que más allá de esa persona sigue habiendo vida. Y cuando digo que sigue habiendo vida me refiero a que tu vida abarca muchísimas más cosas que esa persona. Y, entiendo perfectamente, que durante una etapa y por momentos, tu elección sea pasar más tiempo con el otro. Es algo totalmente natural y además es bonito.

El problema surge cuando comienzas a perder el contacto contigo mismo y solamente disfrutas en presencia de la otra persona. Aquí es cuando empiezas a creer que necesitas al otro para ser feliz. Y esto es una creencia a la que le eres fiel sin ni siquiera darte cuenta. Es algo muy inconsciente. Y, ciertamente, es algo que te sucede y que hay que tener muy en cuenta. Por eso digo que tus celos revelan cierta incapacidad de amarte a ti mismo.

Como decía al principio, cuando tu atención está totalmente volcada hacia la otra persona, empiezas a perder el contacto contigo mismo. Si estás con ella estás disfrutando, si no estás con ella estás pensando en verle. Y yo me pregunto…¿quién está contigo? A esto me refiero cuando digo que pierdes el contacto contigo mismo. Te olvidas del gusto y el placer del simple hecho de pasar tiempo contigo. Es como si el gozo y el disfrute comenzasen a depender del tiempo que pasas con tu pareja.

Esto es un claro síntoma de un error garrafal al que, si no prestamos atención y trabajamos, inevitablemente aparecerá la dependencia emocional y sus terribles consecuencias.  Una de ellas es la aparición de la ansiedad y el malestar interno si no se tiene control sobre la otra persona: lo que hace, donde está, con quién…etc. Inevitablemente esto conduce a un sufrimiento y a una agonía difícil de manejar.

Otra de las consecuencias de la dependencia emocional es que te olvidas de tus propias necesidades y te enfocas en las necesidades de la otra persona. Como si estuviese mal visto satisfacer las necesidades propias, pues no te das el derecho de hacerlo porque “crees” que necesitas a la otra persona para encontrarte bien. Por ello, aprender a escuchar tu cuerpo y tus propias emociones se convierte en tu mayor brújula. El cuerpo no te engaña. El cuerpo es ese lugar sabio que sabe lo que necesita para sentirse a gusto y satisfecho. El problema es que te olvidas de él, de tus emociones, de tus necesidades. Te olvidas de ti. Y desde ahí, generar dependencia hacia el otro es muy fácil. Lo raro sería que no sucediese.

Nadie te ha dicho cómo escuchar tu cuerpo. Ni mucho menos te han entrenado para ello. Tampoco te han dicho qué son las emociones y cómo gestionarlas. Yo me atrevo a decir que este es un aspecto clave para lograr la independencia emocional. Entender y comprender cómo funciona nuestro cuerpo, prestarle la atención que realmente necesita y dedicarle tiempo y espacio. Este es el Kit de la cuestión. Los celos revelan cierta incapacidad de amarte a ti mismo, entre otras cosas, porque no dedicas tiempo a este trabajo interior.

Por otro lado, la tendencia de tu mente a generar pensamientos distorsionados y que dificultan tu camino es cada vez mayor. Las creencias que incorporaste a tu mochila desde pequeño tampoco te ayudan, pues son creencias erróneas sobre el amor y, más bien, refuerzan que sigas siendo dependiente emocional. Por ello, se requiere hacer un trabajo integral y completo, tanto con la mente como con el cuerpo, pues ambos van unidos. Es muy necesario desaprender y desprogramar. Estamos hablando de un entrenamiento para transformar tus celos en confianza y poder por fin vivir una vida plena.

De la misma forma que no te han enseñado a escuchar tu cuerpo, tampoco te han hablado de la importancia de amarse a uno mismo. O quizás me equivoco, y si que lo has leído y escuchado en varios sitios. El punto está en que puedes leerlo mil o dos mil veces, pero hasta que no lo experimentes no sabrás de qué se trata. Y esto genera que, al igual que para muchas personas, “amarse a uno mismo” sea tan sólo una frase bonita, como las de los sobres de azúcar. Por eso, lo que cambia el juego es remangarse y tirarse al barro.

Practicar, ensayar, probar, equivocarte, ver tu herida, no saber qué hacer, volver a hacer lo mismo… hasta que un día no tienes que leer más veces esa frase. Ahora se ha convertido en algo que has vivido y que no tiene vuelta atrás. En ese momento cambia tu vida. No hay más remedio. Es así.

De ahí el título de este post, los celos revelan cierta incapacidad de amarte a ti mismo.

Aprender a estar a solas contigo mismo es otro factor imprescindible para iniciar el camino de amarte a ti mismo. Puedes estar rodeado de personas y sentirte solo. Puedes estar a solas contigo y sentirte acompañado. El amor no depende tanto como crees de la compañía o las circunstancias. Tampoco depende de estar en pareja. El amor es lo que tú eres. El amor está dentro de ti. Sólo necesitas saber cómo acceder a él. Cómo puedes sentir el amor estando a solas contigo mismo para darte cuenta de que no necesitas a la otra persona. Entonces la creencia de “te necesito para ser feliz” empieza a tambalearse. ¡Bingo! Vamos por buen camino 😉

En mi opinión, el camino del amor propio consiste en ir verificando y experimentando por ti mismo las creencias que no te sirven, sino que te limitan y te hacen sufrir para poder decirles adiós y liberarte de ellas. A la par es muy importante ir sintiendo que el amor no tiene ninguna condición. Es tu estado natural. ¡Metámonos ya esto en nuestra cabeza, pues es la mayor verdad de este mundo!

Como decía, el condicionamiento mental es tan grande que no sabes ni cómo ni por dónde empezar. Y lo de que el amor está dentro de ti, al final acabas sin creértelo. Te hace falta saber cómo puedes cultivarlo y esto se hace a través de un trabajo personal contigo mismo. De momento, te invito a reflexionar con estas preguntas:

¿Estás teniendo en cuenta tus preferencias y gustos? ¿Los llevas a cabo? ¿Realizas hobbies o aficiones personales? ¿Estás dedicando tiempo a tus amistades? ¿Estás dedicándote tiempo a ti mismo? ¿Dedicas tiempo para estar contigo a solas? En tu lista de prioridades, ¿quién o qué es el primero? ¿y el segundo? ¿Qué lugar estás ocupando tú? Es muy importante que seas tú el primero de esa lista. No hablo de un tú egoísta que solo piensa en sí mismo. Hablo de un tú que se cuida, que se tiene en cuenta, que se permite decir no al otro para decirse sí a sí mismo, que escucha y pone en valor sus propias necesidades, que se dedica tiempo, que se quiere. Hablo de un tú que se ama a sí mismo.

Sucede que cuando te amas a ti mismo lo que puedes dar y entregar a tu pareja es tan inmenso que ni te lo imaginas. Y entonces comienza a brotar el verdadero y puro amor. Antes solo podías dar migajas, pues no te tenías a ti mismo… ¿qué amor puede dar una persona que no siente amor dentro de ella misma? Dos más dos son cuatro. Es algo sencillo de comprender y muy necesario de practicar. El mejor amor que le puedes dar a alguien es el amor a ti mismo.

Entonces tus celos ya no revelan cierta incapacidad de amarte a ti mismo.

Tú eres el amor de tu vida.

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